Comments

viernes, 23 de diciembre de 2011

La alegría de las fiestas

Posted by at 14:13 Read our previous post
Miró a través del objetivo de la cámara. La gente paseaba tranquilamente, cubierta por capas y capas de ropa, mientras los copos de nieve caían sobre ellos. Las luces rojas y blancas brillaban y ambientaban la calle. Estaban colocadas en su justa medida sobre los pequeños cipreses que decoraban la calle. Las macetas estaban adornadas con lazos y papel con motivos navideños que en la base de la maceta empezaba a deshacerse a causa de la capa de nieve que empezaba a acumularse en el suelo.

Algo que no podía captar la cámara era el sonido ambiente. La charla de la gente era animada, sin rastro de tonos que denotaran preocupación. De fondo sonaban campanillas, seguramente pertenecientes a los villancicos con los que los locales ambientaban las calles. El sonido de los motores de los coches completaba la sinfonía.

Se concentró en el que era su trabajo y en lo que había al otro lado del objetivo. Sabía que no tenía que haber aceptado ese trabajo, pero las cosas no estaban para dejar pasar oportunidades tan fácilmente. Disparó unas cuantas instantáneas: una familia que paseaba, todos cogidos de la mano; un hombre disfrazado de un Santa Claus muy convincente; la muchedumbre que se movía con alegría de un lado para otro con Harrods de fondo.

Él observaba todo a través de un cristal, y así se sentía realmente. No podía comulgar de la alegría del resto tan fácilmente. No podía participar de los impulsos consumistas que movían a la gente. Guardó la cámara en su bolsa, tras limpiar los copos de nieve que habían caído sobre ella y se dirigió, dentro de su burbuja, a su casa.

Dejó de oír a la gente que hablaba con alegría a su lado y los villancicos. Dejó de sentir el frío punzante sobre sus manos y la nieve caer alrededor. Cuando llegó al portal de su casa, abrió el buzón y encontró una postal.

Feliz Navidad. No nos olvidamos de ti.
No te tú olvides de nosotros.
Besos de todos desde Chile.

Subió las escaleras y entró en la casa. Como siempre, lo recibió el silencio del que sabe que vive solo. Cuando llegó a la cocina, colgó la postal de la nevera, abrió ésta y sacó un plato con pollo y arroz. Se sentó en la mesa a comer y de repente recordó algo. Se estiró hasta el calendario y tachó con un rotulador el día que estaba cerca de concluir. 24 de diciembre. "Feliz Navidad", se dijo a sí mismo.

3 comentarios:

  1. Jou, qué triste. Me intriga el saber por qué no le gusta la navidad a este chico... y la postal desde Chile
    (aunque, si te soy sincera, a mí tampoco me gusta mucho)
    ¡Bones festes! :)

    ResponderEliminar
  2. Hola, Jess! Gracias por comentar. Aunque no suelo explicar mis relatos - me gusta que la gente saque sus propias conclusiones -, haré una excepción :)

    En realidad es un relato sobre la tristeza que sienten los que están lejos de sus familias en Navidad. El chico está en Londres, pero es chileno, y la Navidad para él sólo es nostalgia, ya que no puede tener cerca a los que más le importan. Porque sí, pese al consumismo, las Navidades son unas fiestas para pasar en familia. Llámalo excusa, o tradición, pero aunque reneguemos de la Navidad - yo lo he hecho infinidad de veces -, cuando vivimos una Navidad en la que no nos reunimos con ellos, ya no es lo mismo.

    ¡Felices fiestas a ti también!

    ResponderEliminar
  3. Mujer, si no sueles explicarlos, no hacía falta que hicieras esa excepción (pero se agradece)
    Y sí, si no se pasan con ellos, ya no son lo mismo. Sabias palabras.
    :)

    ResponderEliminar

© The Origin Of Chaos is powered by Blogger - Template designed by Stramaxon - Best SEO Template