Posted by Pekemusa at 12:00
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Siempre que paso por aquí me acuerdo de una leyenda que me contó mi abuela cuando era una niña. Esa historia se la contó su abuelo, y a él su abuelo, y así sucesivamente, o al menos eso me dijo. Según ella, esas grandes cadenas fueron en un tiempo prisión de un guardián marino que custodiaba la entrada a otro mundo, y que la apertura de esas puertas provocaría el caos en este mundo.
Es curioso cómo, cuando somos niños, nos creemos todo lo que nos cuentan los adultos. Y triste cómo, cuando crecemos, perdemos esa inocencia que nos hace mirar tapones gigantes del mar durante horas con miedo y curiosidad.
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