Posted by Pekemusa at 0:41
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El cielo está gris. A lo lejos suena un trueno. O quizá dentro de mí. Hay una bestia inquieta entre mi estómago y mi alma que pugna por salir. Desgarra dolorosamente mis entrañas y desdeña sentimientos en la lucha que revela mi interior. Llueven los mares desde el cielo. ¿O son mis ojos? El marrón se vuelve turbio y lodo al mojarse de miedo.
Gotas caen marcando la arena a mis pies. Se mezclan con la lluvia, y los relámpagos iluminan el dolor color de fuego y un corazón de hielo derritiéndose de nuevo. Nada logró salvarme.
Otra vez tormenta. Otra vez me muero, y revivo y me muero. La lluvia levanta suspiros, apaga mi calma y sofoca el olvido. Truenos son mis palabras, fotografías los relámpagos. ¿Qué enseñan, sino mi alma?
La lluvia lo impregna todo, lo purifica. Limpia y salva.
Y está lloviendo...
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